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AI Law en Chile : 2026


Análisis Extendido 2026: La IA y el Derecho en Chile bajo el Prisma de una Nueva Realidad Regulatoria y Práctica


Si el año 2025 fue el escenario del debate y la aprobación legislativa, 2026 será el año de la verdad para la inteligencia artificial en el ecosistema legal chileno. La promulgación de la primera Ley de IA del país no es un punto de llegada, sino el inicio de una compleja y, a ratos, turbulenta fase de implementación. Para 2026, la conversación habrá transitado de la teoría a la práctica contundente, enfrentando a abogados, jueces, académicos y empresas tecnológicas con las implicaciones reales de una nueva era regulatoria y una adopción tecnológica que se acelera de forma desigual.

Este análisis proyecta el escenario para 2026, explorando en profundidad el nuevo marco normativo en acción, la transformación del mercado de servicios legales y la intensificación de los dilemas éticos y jurídicos que definirán la profesión.


1. El Desafío de la Implementación: La Ley de IA Sale del Papel


Para 2026, la tinta de la Ley de Inteligencia Artificial de Chile apenas estará seca, y el verdadero trabajo comenzará. El desafío ya no será político, sino administrativo, técnico y presupuestario.

a) La Puesta en Marcha de la Nueva Institucionalidad: El recién formado Consejo Asesor Técnico de IA y una fortalecida Agencia de Protección de Datos Personales se encontrarán en pleno proceso de establecimiento. Durante 2026, su principal tarea será emitir los primeros reglamentos y normas de carácter general que traduzcan los principios de la ley en obligaciones concretas. Veremos las primeras directrices sobre:

  • Categorización de Riesgo: ¿Qué se considera exactamente un sistema de "alto riesgo" en el contexto chileno? Las primeras listas incluirán, previsiblemente, sistemas utilizados en procesos de selección de personal, evaluación crediticia, acceso a la educación y, crucialmente para el sector, herramientas de IA que asistan en la toma de decisiones judiciales o administrativas. Esto generará una intensa actividad de lobby por parte de empresas tecnológicas para acotar el alcance de esta categoría.

  • Transparencia y Explicabilidad: Se publicarán las primeras normativas sobre cómo las empresas deben informar a los usuarios cuando están interactuando con una IA y, en el caso de los sistemas de alto riesgo, cómo deben proporcionar una "explicación" de sus decisiones. Esto dará origen a una nueva especialidad legal: la auditoría algorítmica y el litigio por "caja negra".

  • Evaluaciones de Impacto: Las empresas que desarrollen o implementen sistemas de alto riesgo deberán realizar Evaluaciones de Impacto Algorítmico. Los estudios de abogados comenzarán a ofrecer este servicio, combinando conocimiento legal, ético y técnico para guiar a sus clientes.

b) Los Sandboxes Regulatorios en Acción: Los esperados sandboxes o "areneros regulatorios" lanzarán sus primeras convocatorias en 2026. Serán un campo de pruebas crucial para innovaciones en el sector legaltech. Podríamos ver proyectos piloto supervisados por la autoridad, tales como:

  • Sistemas de Mediación Online (ODR) potenciados por IA para resolver disputas de consumo de bajo monto, buscando descongestionar los juzgados de policía local.

  • Herramientas para la anonimización de sentencias que permitan liberar grandes volúmenes de datos judiciales para investigación sin vulnerar la privacidad.

  • IA para la detección de patrones de corrupción en procesos de licitaciones públicas, analizando datos del Estado.

c) Los Primeros Litigios contra la Ley: Inevitablemente, 2026 presenciará los primeros desafíos judiciales a la nueva ley. Grandes empresas tecnológicas podrían impugnar la constitucionalidad de ciertas disposiciones, argumentando que imponen barreras desproporcionadas a la innovación. Por otro lado, organizaciones de la sociedad civil podrían presentar recursos de protección alegando que la implementación de una IA por parte de un organismo estatal vulnera derechos fundamentales por falta de transparencia o por sesgos discriminatorios.


2. Adopción, Competencia y Nuevas Habilidades


La adopción de la IA dejará de ser una novedad para convertirse en un factor de competitividad clave, creando una visible segmentación en el mercado de servicios legales.

a) La Brecha de la IA: Tres Velocidades en la Profesión: Veremos un mercado legal operando a tres velocidades distintas:

  • La Vanguardia: Grandes estudios, fiscalías de empresas del sector financiero y tecnológico, y boutiques especializadas que habrán integrado plenamente plataformas de IA sofisticadas. Usarán la IA no solo para tareas de eficiencia, sino para análisis predictivo complejo, due diligence automatizado y estrategia de litigios basada en datos.

  • Los Adoptantes Pragmáticos: Firmas medianas y abogados independientes que utilizarán soluciones de IA más accesibles (SaaS - Software as a Service) para tareas específicas: investigación de jurisprudencia avanzada, gestión inteligente de contratos y automatización de documentos. Para ellos, la IA será una herramienta para competir, no para transformar radicalmente su modelo de negocio.

  • La Resistencia o el Rezagado: Un segmento significativo de abogados, especialmente fuera de los grandes centros urbanos o en prácticas más tradicionales, permanecerá al margen por escepticismo, falta de recursos o carencia de formación. Este grupo comenzará a experimentar una desventaja competitiva tangible en términos de velocidad y costos.

b) La Transformación del Poder Judicial y la Administración Pública: El Poder Judicial, habiendo ya adoptado su buscador de jurisprudencia con IA, avanzará hacia proyectos más ambiciosos. Para 2026, podríamos ver programas piloto para la anonimización automática de expedientes, la transcripción de audiencias en tiempo real y sistemas de alerta temprana que identifiquen causas con riesgo de exceder los plazos legales. La Contraloría General de la República y el Ministerio Público también profundizarán el uso de la IA para detectar fraudes y patrones delictivos en grandes volúmenes de datos.

c) La Revolución en la Formación Legal: Las facultades de derecho ya no podrán ignorar esta realidad. Para 2026, cursos sobre Legaltech, Programación para Abogados y Ética de la IA pasarán de ser electivos a componentes casi obligatorios del currículo. La habilidad para formular un prompt efectivo en una IA generativa legal será tan importante como saber estructurar un alegato. La formación continua para abogados ya licenciados estará dominada por la necesidad de adquirir estas nuevas "competencias digitales".


3. La Profundización del Laberinto Ético y Jurídico


Con la tecnología más integrada y una ley en vigor, los debates éticos se volverán más granulares y urgentes, moviéndose de los seminarios académicos a las salas de tribunales.

a) La Responsabilidad Civil en la Era Algorítmica: 2026 será el escenario probable del primer gran caso de negligencia profesional vinculada a una IA en Chile. Imaginemos un estudio de abogados que utiliza una IA para revisar un complejo contrato de fusión y adquisición. La IA falla en identificar una cláusula de indemnización ruinosa, causando un perjuicio millonario al cliente. La demanda no solo irá contra el estudio, sino que buscará responsabilizar también al desarrollador del software. Los tribunales chilenos deberán lidiar por primera vez con preguntas como: ¿Cuál es el estándar de "debida diligencia" para un abogado que utiliza IA? ¿Puede el desarrollador ser considerado corresponsable? ¿Es la "explicabilidad" del algoritmo un factor atenuante o agravante?

b) El Sesgo Algorítmico y la Discriminación Estructural: El debate sobre el sesgo dejará de ser abstracto. Se publicarán las primeras auditorías e investigaciones que revelen sesgos en sistemas de IA utilizados en Chile. Por ejemplo, un análisis podría demostrar que una herramienta de predicción de riesgo crediticio penaliza sistemáticamente a solicitantes de ciertas comunas, o que un software de selección de personal descarta perfiles femeninos para cargos de liderazgo. Esto abrirá un nuevo frente en el litigio antidiscriminación.

c) La Tensión entre Privacidad y Soberanía de Datos: La mayoría de las plataformas de IA de vanguardia operan en la nube, a menudo en servidores ubicados fuera de Chile. Esto creará una tensión directa entre la necesidad de usar la mejor tecnología disponible y las leyes de protección de datos. Para 2026, la pregunta sobre si los datos legales confidenciales de un cliente chileno pueden ser procesados por una IA en servidores en Estados Unidos o Europa será un tema central de cumplimiento y de debate sobre la "soberanía de los datos" del país.

d) La Definición del Rol Humano Insustituible: Finalmente, la discusión más filosófica pero con mayores implicaciones prácticas será sobre el rol no delegable del abogado. La ética profesional exigirá una "supervisión humana significativa". Pero, ¿qué significa eso en la práctica? ¿Basta con una simple revisión del resultado de la IA? ¿O el abogado tiene el deber de entender, al menos a un nivel conceptual, cómo funciona el algoritmo para poder confiar en su resultado? Para 2026, los colegios profesionales y la judicatura comenzarán a trazar estas líneas rojas, definiendo el núcleo del juicio y la empatía humana que, por ahora, ninguna máquina puede replicar.


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